Una creciente disputa transatlántica ha estallado mientras funcionarios y legisladores estadounidenses acusan a la Unión Europea de imponer censura 'orwelliana' a través de su Ley de Servicios Digitales (DSA). El Departamento de Estado de EE. UU. y los republicanos de la Cámara argumentan que la DSA restringe la libertad de expresión, apunta a voces políticas estadounidenses y podría obligar a las empresas tecnológicas estadounidenses a salir del mercado europeo. Delegaciones del Congreso, lideradas por figuras como Jim Jordan, están desafiando las regulaciones digitales de la UE en Bruselas y advirtiendo sobre impactos negativos en el comercio digital y las relaciones transatlánticas. Mientras tanto, la UE sostiene que la DSA es necesaria para regular las plataformas en línea y proteger a los usuarios. Este conflicto en aumento subraya las profundas diferencias entre los enfoques estadounidenses y europeos hacia la libertad de expresión en línea y la regulación tecnológica.
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