China ha impuesto prohibiciones de salida a varios ciudadanos estadounidenses, incluido un banquero de Wells Fargo y un empleado del gobierno de EE. UU., impidiéndoles salir del país. Las autoridades chinas afirman que las prohibiciones están relacionadas con investigaciones criminales, pero el gobierno de EE. UU. y las empresas occidentales las ven como motivadas políticamente y como una posible herramienta de influencia diplomática. Los incidentes han aumentado las preocupaciones entre las empresas multinacionales sobre los riesgos de operar en China, lo que ha llevado a Wells Fargo a suspender todos los viajes de negocios al país. El Departamento de Estado de EE. UU. ha condenado las acciones, advirtiendo que tales medidas podrían tensar aún más las ya tensas relaciones entre EE. UU. y China. Estos acontecimientos subrayan la creciente incertidumbre y los riesgos legales a los que se enfrentan los extranjeros y las empresas en China.
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