La Cumbre de la OTAN en Washington marca un momento crucial al coincidir con el 75 aniversario de la Alianza y la inclusión anticipada de Ucrania. Sin embargo, el enfoque se desplaza hacia la fortuna política de los líderes occidentales, especialmente el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Biden enfrenta escrutinio sobre su liderazgo y futuro, en medio de crecientes llamados de importantes donantes para un cambio en el candidato presidencial demócrata, sugiriendo a la vicepresidenta Kamala Harris como reemplazo. Meloni, por otro lado, navega su postura proatlántica con las complejidades del compromiso militar, específicamente la negativa a utilizar armas italianas en suelo ruso. Esta cumbre no solo pone a prueba la resistencia y dirección de la OTAN, sino también las trayectorias políticas de sus figuras clave en medio de presiones internas y externas.
@VOTA1 año1Y
Una OTAN un po’ zombie
Debería ser la cumbre de los 75 años de la Alianza y la promesa de entrada de Ucrania. Pero todos los focos están puestos en los líderes magullados: Biden
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